2 sept 2008

7 ensayos, 80 años de historia

Por:Fernando Chuquipiunta Machaca
José Carlos Mariátegui La Chira, a través de su libro Los “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana” tipificó al gamonalismo decimonónicos, contra el culto a la razón y la ciencia, tal y como lo expresa Georges Sorel en Las ilusiones del progreso, de gran influencia en la década de 1920. Es más, el escritor cubano José Antonio Portuondo lanzó la siguiente admonición: “Pero ahí resisten, en pie, los fundamentos de esos 7 ensayos, que sencillamente se le denomina como exégesis impugnador”. Sin embargo, el Marxista Federico Engels estaba en contra de la opinión de José Carlos Mariátegui sobre la realidad peruana. Pues, no sería muy distinta la disquisición de José Carlos Mariátegui cuando dice que el relativismo "empieza por enseñar que la realidad es una ilusión, pero concluye por reconocer que la ilusión es, a su vez, una realidad".
De igual forma Mariátegui consideraba que la comunidad es lo que debe ser vitalizado y reestablecido en la economía y en la sociología peruana; para Friedrich Nietzsche es lo que históricamente está inculpado como tara, como traba y como peso muerto. Y lo más sobresaliente es que el Amauta supo escapar de esa clásica polarización entre el ser y la conciencia, aunque se encuentre más cerca del segundo lado de esta oposición. Aunque Mariátegui es en cierta forma un idealista, no siempre lo es en el sentido hegeliano. Sino más bien "psíquico e interior", como decía Francisco García Calderón al describir el idealismo de Henry Bergson.
Por estas razones macizas y tangibles la obra de José Carlos Mariátegui La Chira fue oficialmente condenada por la Internacional Comunista, que han empleado sus argucias más poderosas para refutar demoledoramente la obra de Mariátegui. En cierta forma hicieron aprobar oficialmente la tesis en que se aluden las “desviaciones burguesas, que no son sino contrabandos del enemigo de clase”. En aquella tesis se invoca reiteradamente la posición del marxismo, contenida en la epístola a Vera Zazulisch, pese al verbalismo inoperante de su proclama de comunista convicto y confeso. Más tarde la Academia Leninista de Moscú, aprobó la requisitoria contra José Carlos Mariátegui, elaborada por los profesores rojos de la misma, encabezado por el profesor Mirochewsky. Esa requisitoria es la crítica más cáustica y acerba que se haya escrito contra la posición y la obra de Mariátegui, en este sentido, nos resulta de suma utilidad decir: que Mariátegui se rebela contra la distinción kantiana entre ciencia, por un lado, y metafísica, por el otro.
En efecto, José Carlos Mariátegui La Chira vivió en plenitud y en profundidad, la verdad de su tiempo, tuvo el gran mérito de ser hombre de su época. Tenía vigencia como esperanza aquello de que “Las Emancipaciones de los Trabajadores era obra de los mismos”. Ahora, a la luz de los cañonazos y de los lanzamientos que achicharraron a los húngaros, esa esperanza se ha hundido en la quiebra fraudulenta, vigorosa, terca e indeclinablemente, se instaló una nueva verdad que destila de las teorías incuestionables. Pero es bueno resaltar que José Carlos Mariátegui rescata el proyecto político de la modernidad occidental, aunque lo hace sin mucha crítica a sus pretensiones ecuménicas. En suma, logra mantener una saludable tensión, en el plano epistemológico, entre lo científico y lo no científico.

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