Murió José Saramago

Tras más de una década de alejamiento de Portugal, José Saramago vivía una nueva pasión otoñal con el país que le vio nacer, adornada de homenajes y reconocimientos e inmune a la polémica religiosa y política que rodeó sus obras.
El autor contemporáneo más universal de las letras lusas, fallecido hoy, nunca dejó indiferentes a sus compatriotas, entre los que era fácil detectar dos actitudes contrapuestas, la aversión o la admiración, aunque siempre mezcladas con el reconocimiento de que no había otro escritor portugués vivo con mayor proyección mundial.
Solo sus críticos solían decir que Saramago era menos apreciado en su propio país que en la vecina España, donde se refugió desencantado por la censura de la que se sintió víctima en los años noventa.
Pero hasta sus más cercanos admiradores reconocían que al otro lado de la frontera lusa era, en cualquier caso, mucho menos controvertido. Frente a la estela de polémica que dejaron su marcada militancia comunista y sus ácidos comentarios p…
El autor contemporáneo más universal de las letras lusas, fallecido hoy, nunca dejó indiferentes a sus compatriotas, entre los que era fácil detectar dos actitudes contrapuestas, la aversión o la admiración, aunque siempre mezcladas con el reconocimiento de que no había otro escritor portugués vivo con mayor proyección mundial.
Solo sus críticos solían decir que Saramago era menos apreciado en su propio país que en la vecina España, donde se refugió desencantado por la censura de la que se sintió víctima en los años noventa.
Pero hasta sus más cercanos admiradores reconocían que al otro lado de la frontera lusa era, en cualquier caso, mucho menos controvertido. Frente a la estela de polémica que dejaron su marcada militancia comunista y sus ácidos comentarios p…