26 may 2010

Recordando a Luisito Hernández



Nacido en Lima el 18 de diciembre de 1941, Luis Guillermo Hernández Camarero, fue uno de los más originales miembros de la generación poética de los años '60. Médico de profesión, Hernández dejó de publicar en 1965, tras haberse iniciado con tres poemarios en los que su voz se reconocía nueva y, a la vez, tributaria de los rasgos más valiosos de su promoción. A partir de 1970 rompería su silencio con una heterodoxa práctica: la redacción de innumerables cuadernos en los que su bella caligrafía despliega su verbo luminoso. Ajenos a cualquier intento de edición, los cuadernos que el poeta regalara a sus amistades como signo de su marginalidad y emblema de su rebeldía, constituyeron su único legado y forman parte del volumen que el propio Hernández, antes de su trágica desaparición en Buenos Aires (1977), denominaría VOX HORRÍSONA.

En 1962 Luis Hernández presentó un breve poemario titulado Charly Melnik, en la colección El Timonel. Su poesía, breve como su vida (1941 - 1977), marcó toda una tendencia en los jóvenes del ochenta, luego de que tanto su poesía (especialmente la quedó desparramada entre sus enamoradas y sus amigos en cuadernos escolares) se publicara en sendas colecciones promovidas por sus amigos, envuelta en un halo de misterio y mito que hasta hoy perdura. La nostalgia de esos años y esos poemas se recuerdan a través de uno de sus poemas más emblemáticos.



Charlie Melnick

El estaba en todo
Ya no lo está mas
Maeterlinck
I


Como cuando vivía
Cantarás,
Aunque no vuelvas.
II
Ahora que no vuelves,
Charlie Melnik,
Mi viejo, mi antiguo
Compañero;
Cuando ni la marea más alta
Cubre esta sombra
De pena.
Los caminos cerrados, old cap,
Los caminos cerrados.

III
Quién, qué lluvia
Hará surgir el día.
Ahora que no regresas
Desde tu noche perfecta.






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